Bangalore, India, Enero 6, 2013
Podría parecer que somos parte de este mundo, pero en realidad, ¡este mundo es parte nuestra! Llevamos nuestro mundo en nuestra mente y nuestra mente no puede estar en paz cuando el mundo –a nuestro alrededor- está en total confusión. Ahora, la crisis de los 50 años llega a los 15 años; la sociedad está siendo golpeada por la violencia y por el abuso de drogas; la humanismo parece ser ya una utopía; la dicha, el amor y la compasión permanecen sólo en los libros o en las películas; la corrupción y el crimen parecen ser ya, algo aceptado como una forma de vida… estas son las señales para que nosotros nos enfrentemos a estos desafíos de la sociedad.
Hoy en día, vemos una catastrófica declinación de los valores humanos en todas partes del mundo. Hace poco un joven abrió fuego sobre niños pequeños en un colegio primario en los Estados Unidos, en Connecticut. Recientemente en India, en la Capital, una jovencita fue sometida a una brutal violación y agresiones por un grupo de hombres. Este incidente provocó que la juventud saliera a las calles en grandes masas, para hacer una demostración y para demandar justicia.
Hemos visto un estado de conciencia sin precedentes y una gran voluntad en los jóvenes durante los dos últimos años, para causar cambios en el estado de este país. Pero nosotros no deberíamos permitir que esta “momentum” se degrade en caos y violencia. La necesidad de canalizar estas energías constructivamente. Necesitamos crear una atmósfera de apoyo y contribución en vez de una atmósfera de acusaciones mutuas.
Mientras que las autoridades –de hecho- son responsables de la ley del orden, es nuestra responsabilidad también aliviar el estrés del medio ambiente y dar los pasos necesarios para devolver los valores humanos a la sociedad. De lo contrario, gente que no ha recibido este mensaje puede llegar a dañarnos o dañar a nuestros seres queridos a causa de su resentimiento. Todos deberíamos tomar algo de tiempo (al menos unas pocas horas por semana) para hacer voluntariado en mejorar la India. Con sólo unas pocas personas que tengan esta mirada magnánima y que tome responsabilidad por el bienestar de los demás, la sociedad tendría una oportunidad bien real de ser pacífica y armónica en gran escala.
Son pequeñas cosas las que nosotros podemos hacer para mantener el medio ambiente libre de estrés. Necesitamos desarrollar el hábito de compartir nuestra dicha con los demás. Si eres feliz, contagia a los demás con tu felicidad. ¡No te la guardes para ti mismo! Cualquier accionar con esta idea, es servicio; y la mejor forma de hacer servicio es elevar el estado mental de los demás. Por supuesto que debemos ser cuidadosos en sensibles para no alterar a nadie con nuestro entusiasmo… ¡Cuando decidimos compartir lo que se nos ha dado, el Divino hará llover mucha más abundancia sobre cada uno de nosotros!
Ser espiritual no significa cerrar los ojos al mundo. Todo lo contrario. A medida que vas aprendiendo más y más sobre ti mismo, comienzas a saber más y más sobre el mundo como también comienzas a inferir cosas que están debajo de lo obvio. En algún lugar dentro nuestro todos queremos saber quiénes somos, por qué estamos aquí y cuál es el propósito de la vida. La mayoría de la gente elije poner todas estas preguntas de lado y las considera una pérdida de tiempo. Ser espiritual es mantener este pequeño fuego vivo –el de la auto-indagación- y no permitir que se apague; no abandonar esta búsqueda. Estas preguntas te sirven como una brújula y te ayudan a traer un sentido de dirección a tu vida.
Cada final crea un sentido completud y de alivio y cada nuevo comienzo trae consigo un sentido de esperanza y entusiasmo. Por ello, hay celebración en ambas situaciones. El pasado te ha hecho más sabio; el futuro te urge a que acciones y es durante el presente que puedes planear y comenzar a actuar. Aún si has tenido experiencias amargas en el pasado, ¡que eso no te prevenga de tomar riesgos y de lanzarte a la aventura! No deberías ser tonto y repetir los viejos errores. Unos pocos momentos de reflexión, deberían ser tu rutina diaria para infundir inspiración, innovación e intuición, cosas necesarias para planear y para accionar.
Y mientras vas pasando a través de situaciones, una detrás de la otra, sé consciente de que la vida es como un río. Puede que haya piedras en su lecho, pero el río fluye sobre ellas o las rodea. Ningún año pasa sin un toque de dicha o sin algunos desafíos. Debes planear en utilizar cada momento de dicha para servir y ver cada desafío como una oportunidad de crecimiento. El año 2012 no ha traído consigo el fin del mundo. ¡Pero el Nuevo Año 2013, ciertamente es el inicio de un nuevo comienzo!
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